Anaterapia Natural

Nuestro amigo, el perro

Todos encontramos en el perro un amigo fiel. Un ser que es capaz de acompañarnos desde la alegría y desde el respeto en todos nuestros procesos de vida. No soy educadora canina y comprendo lo básico en cuanto a etología canina u otro tipo de herramientas de conocimiento y estudio humano. Pero en este artículo me han chivado que debía hablar de ellos; pues hay una información y una sabiduría que no puede estar filtrada a través de ciencias de los hombres, si no desde la apertura del corazón.

La energía del perro es una energía de Aceptación Absoluta. De No Juicio. Y aquí se termina el artículo; para quien haya abierto su pecho a estas palabras, hay poco más que decir, jeje. Pero yendo más allá, quiero que todos los que tenéis un compañero canino, le miréis a los ojos y estéis abiertos a su mirada. A todo lo que os puedan decir.

Muchos perros soportan una carga emocional intolerable en sus núcleos familiares, en sus casas y hogares. Y “en todas las casas se cuecen habas…” Muchos desean aportar más, pero los humanos no les dejan, los etiquetan y los catalogan en función de qué acciones y actividades pueden o no hacer. Incluso los humanizan a extremos de crear perros inseguros y desequilibrados emocionalmente. A pesar de que toda mi vida me he visto rodeada de gatos, también he tenido la oportunidad de estar cerca de muchos perros. Lo poco que he podido trabajar con ellos ha sido la capacidad de estar viviendo constantemente el momento presente, la capacidad de ser uno ante la protección de su manada y la aceptación absolutamente incondicional del estado de ánimo de su ser humano. Llegó a pasarme hace años atrás, que estaba realizando una sesión de terapia asistida con animales. Estaba en proceso de prácticas, y mi único objetivo era abrir mi mente y todos los sentidos para convertirme en una esponja hiper sensorial de cada uno de las sesiones que realizábamos. Quería aprender y estar absolutamente presente. La profesora me acompañaba en la sesión y juntas realizábamos el trabajo con una perra adulta que llevaba años experimentada en hacer este trabajo. En este caso, trabajábamos para el estímulo de una pequeña con discapacidad psicomotora. No sé en qué momento de la sesión, de repente noté una resistencia a la actividad muy grande por parte de la paciente. La profesora, experta y con toda la buena intención, intentó que no perdiera el interés y se aferró a la idea de sacar de ese estado a la niña.

La perra me miró y me dijo literalmente. “Este no es el camino. Debe dejarla”. Entonces se aproximó desde atrás y rodeó a la niña. Metió el hocico entre la mano de la profesional y la cría. Empezó a dirigir ese momento con la gracia de un hada madrina. La perra intervino y ayudó a sanar el bloqueo de resistencia que se estaba presentando ante las dos humanas que deseaban cosas distintas. La chiquilla, debía vivir ese momento presente de frustración porque era lo que necesitaba y la perra la ayudó a canalizarle la experiencia con compasión, mientras acompañaba a la profesora en su resultado fallido que aún no comprendía. Los protocolos de mi mente estructurada se sintieron aceleradamente empequeñecidos ante la situación y el corazón se me abrió ante la sabiduría de todos aquellos seres que formaban parte de mí en esa sesión y ese momento. Pero sobre todo, asombrada por la capacidad innata de la perra para saber detectar qué necesitaba la pequeñina y cómo ayudarnos a nosotras a entender que hay ciertos procesos que son absolutamente sagrados de respetar.

Otra de las experiencias que más me llenaron fue la comunicación que realicé con la perra de un conocido. El es una persona “famosilla” pero por respetar su anonimato, no daremos nombres. Éste me explicaba que ya no sabía qué hacer, pues la perra y otro hermano suyo rompían a correr, se escapaban y no respetaban las “normas” de salida y excursión. Al hablar con ella, el aprendizaje fue para mí y colateralmente para la esposa del chico. Me dejó reflejado el mal concepto que tenía yo sobre la energía femenina y que ella era pura libertad y fuerza interior. “Crees que la feminidad es delicadeza, pero la feminidad es voracidad, entrega, comienzo” Estaba enseñando al humano muchos más valores profundos y otros asuntos que el propio hombre se le habían escapado de las manos y sentía un descontrol que no le caracterizaba por ser siempre un buen líder. Ella solo le estaba diciendo como No tenía que hacer las cosas.

Una vez más el perro destapa patrones y estructuras mentales basadas en los juicios humanos. El perro es un ser que no juzga, se abre a la experiencia del todo y asume con responsabilidad y amor vivir en ella. Aportando siempre su mejor granito de arena. Por eso es tan importante fluir con ellos, darles su espacio, potenciar su expansión, su naturalidad y su lado salvaje. Para finalizar, debemos destacar que los perros son grandes compañeros y es nuestro deber acompañarles y respetarles en esta gran labor que realizan junto a nosotros.

Gracias a todos, por vuestras colas, vuestras sonrisas, vuestros lengüetazos, vuestras trastadas y vuestra energía para vivir la vida. Gracias por que tu especie, enseña a la nuestra día a día.

¿Te ha gustado este contenido? Te comparto esta entrevista con Eva, de @Ladrasconmigo para entender a tu perro en vuestros paseos.

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